¿Cuántas veces hemos oído esta frase? Cuando le preguntas a alguien por el fin de la relación con su pareja y te dice: No, lo hemos dejado, pero bien, porque lo hemos dejado de mutuo acuerdo.
Supongo que la gente que dice esto es porque no quiere afrontar la realidad de que alguien les haya podido dejar y dicen que es de mutuo acuerdo porque en el momento de finalizar la relación, en el momento en que su pareja les dice que no quiere seguir más con él/ella, ellos estaban presentes. Claro, pensarán, es de mutuo acuerdo porque estábamos los dos cuando lo dejamos! En fin ....
Recuerdo que la primera vez que me dejaron fue en 3º BUP en el colegio, ella estaba en su pupitre y me hizo con las manos el movimiento de unas tijeras al cortar. Como sólo llevábamos una semana juntos y no la conocía mucho, me debió ver cara de extrañeza y repitió el gesto de las tijeras alternándolo con las dos manos cruzándolas de lado a lado como si un partido de fútbol se hubiera terminado. Ahí ya lo vi claro, cuánto puede uno aprender del deporte rey!!!. Esto me vino muy bien más adelante (no justo en aquél momento) para entender ahora todo tipo de signos e indirectas, las capto al vuelo.
La segunda vez yo también lo dejé de mutuo acuerdo. Yo también estaba presente el día que se acabó mi relación y pude opinar, cosa que era de agradecer porque hasta entonces no siempre había sido así. Llevaba un rato saliendo con mi novia y en los últimos tiempos las cosas no iban del todo bien. Eso era un hecho palpable. Ambos sabíamos que los 4-5 últimos años no habían sido nuestra mejor época, que muy atrás quedaron esos días de enamoramiento y ahora era solo rutina.
Y era curioso, porque habíamos llegado a ese punto al que todas las parejas desean llegar, aunque con otra mentalidad distinta. Sí, ese punto en el que disfrutamos cada momento juntos al máximo, ya fueran discusiones o simples broncas. Y lo disfrutábamos así porque sabíamos que el tiempo pasa irremisiblemente y no volveríamos a ese momento nunca más, lo disfrutábamos al máximo porque éramos conscientes de que se perdería. Éramos conscientes de que cada minuto que vivíamos era peor que el anterior y mucho mejor que el siguiente.
Una tarde de domingo nos fuimos a dar un paseo por el centro de Madrid. En aquél momento pensé que si das un paseo con una chica era por dos motivos muy claros: o quieres empezar algo con ella o quieres finalizarlo. En mi caso la primera opción me resultaba fácilmente descartable porque, así a bote pronto, recordaba que llevábamos 11 años saliendo, con lo cual sólo quedaba la otra opción ... y no me equivoqué.
Mientras paseábamos por las calles de Madrid cerca del Palacio Real un día de sol radiante y buscábamos un lugar íntimo compartiendo banco del parque con una pareja de jubilados, empezó todo...
- (...) Rafa, tenemos que hablar
- No fastidies, qué pasa! (absurdo, completamente absurdo porque todo el mundo sabe que cuando tu pareja te dice que hay que hablar es porque hay que hablar, pero por última vez)
- Pues que las cosas no van bien y tú lo sabes (es cierto, yo lo sabía, pero por qué quien deja al otro siempre intenta hacerle partícipe en igual medida? Por qué no es un simple me parece a mi que las cosas no van bien?. No, ya te dicen que tú lo sabes y claro, pues lo primero que se te pasa por la cabeza es no contradecir a tu pareja y afirmas, consientes). Que desde hace un tiempo ya no es como antes, que ya no nos hablamos igual, no nos miramos igual, no sentimos lo mismo, no ...
- (Mucho plural veía yo ahí!. Por qué tanto plural? Por qué no habla sólo por sí, por su persona?) Que no sentimos lo mismo? Y tú qué sabes lo que siento yo por ti? Eso no me parece justo. Tú di tu opinión pero no hables de mis sentimientos o de lo que yo pienso porque te puedes equivocar mucho.
- Es cierto, pero creo que en este tiempo juntos te he llegado a conocer algo y ya no sientes lo mismo. (Joé! Pues era verdad!). Y yo tampoco. No sé qué nos ha pasado, pero ya no es igual que antes, ya es todo monotonía, rutina, no hacemos nada distinto ...
- Eh! Eso sí que no!. Cuántas veces hemos venido aquí, eh? Ninguna. Es la primera vez! Estamos empezando a hacer algo distinto y ...
- Rafa, estoy hablando en serio -La verdad es que no me hacía falta que me lo dijera porque por su cara ya se veía-.
- Sí, perdona.
- Pues eso, que creo que lo mejor para los dos es que lo dejemos, que así no podemos seguir y que cada vez esto va a peor.
Ante este comentario que no por ser esperado dejaba de ser traumático, aproveché el silencio nuestro y los murmullos de los jubilados mientras echaban migas de pan a las palomas para pensar. Otra vez el plural! Pues no, fíjate tú por dónde! Pues yo no creo que eso sea lo mejor. Tú sí lo piensas pero yo no. Tiene gracia la cosa! cuando yo le pedí salir (sí, es cierto, le pedí salir, pero no estamos ahora en eso) me dijo que se lo pensaría. Pues por qué no puedo hacer yo lo mismo ahora? Por qué no le puedo decir que me lo pensaré, que aunque ella quiera cortar que yo me lo tengo que pensar. Es graciosa la cosa, para empezar con alguien se necesita el mutuo acuerdo pero para cortar basta que uno de los dos quiera ... pues no me parece justo!.
- (Yo seguía enfrascado en esos pensamientos) Rafa, en qué piensas?
- Eh!
- Que en qué piensas ...
- No, nada ... que ... bueno ... que, que supongo que tienes razón. Que ya nos hemos dado muchas oportunidades y la cosa no va bien. (Pues qué le iba a decir? En realidad si tu pareja piensa que ya no es mejor estar juntos, pues te guste o no tendrás que asumirlo y punto).
Tras un buen rato meditando y hablando sobre muchas cosas, nos despedimos de los compañeros de banco y seguimos dando un paseo por el parquecito. Pese a todo, no queríamos tener un final traumático así que también bromeábamos sobre lo que yo iba a echar de menos las discusiones con su madre y demás.
En estas rupturas de mutuo acuerdo y después de tanto tiempo se intenta quedar bien y se dicen cosas como ... seguimos siendo amigos, eh! Seguimos hablando, vale? Es cuando te da por pensar si lo habíamos llegado a ser alguna vez. Creo que hay veces que iría mejor si se empezara la relación cortando, ya que las intenciones son mucho más bonitas, mejor el ser amigos que simple pareja, el hablar que gritar ...
Y luego llegan los días siguientes. Esos en que tus padres empiezan a notar un cierto comportamiento extraño en ti porque ya no te cuelgas media hora del teléfono cada día y estás más en casa y los fines de semana no sales tanto y como no les has dicho nada, te preguntan. Y lo mismo los amigos, que te llaman para hablar de cualquier cosa o quedar y te preguntan por ella. Todos con buena intención, pero tu reacción es la de todo el mundo ... y yo qué sé dónde está ella! Pues no he hablado con ella, llámala tú y pregúntale qué va a hacer! Como si yo supiera lo que va a hacer en cada momento!. Es una reacción de autodefensa diría yo, una reacción como para hacer ver a todo el mundo que eres independiente y casi hasta te ofende que te pregunten por ella, como si no pudieras hacer nada solo. Y la verdad es que es una reacción estúpida porque durante los últimos años de tu vida siempre fue así.
Pero luego llegan los buenos momentos. Se me abría una nueva vida por delante y había que aprovecharla al máximo. Es cierto, es verdad que iba a echar de menos muchas cosas como los domingos en el cine y las discusiones con la suegra, que tendría que cambiar de hábitos y empezar a afeitarme más asiduamente y cuidar un poco más mi imagen personal que había descuidado si quería volver a tener novia, pero también podría hacer todo aquello que antes no hice.
Tenía prisa por hacerlo. Era como si el mundo se fuera a acabar la semana siguiente. Creía que las niñas se me echarían encima a las primeras de cambio y tenía que aprovechar el poco tiempo que tuviera de soledad para hacer todo aquello que me apetecía antes de volver a comportarme como un calzonazos con la primera que se me cruzara por el camino. Debí coger un camino poco transitado porque ahora, con la perspectiva de ver las cosas que te da el tiempo, 5 años después y siguiendo todo igual, me doy cuenta que no tenía porqué haber hecho todo tan rápido.
Supongo que la gente que dice esto es porque no quiere afrontar la realidad de que alguien les haya podido dejar y dicen que es de mutuo acuerdo porque en el momento de finalizar la relación, en el momento en que su pareja les dice que no quiere seguir más con él/ella, ellos estaban presentes. Claro, pensarán, es de mutuo acuerdo porque estábamos los dos cuando lo dejamos! En fin ....
Recuerdo que la primera vez que me dejaron fue en 3º BUP en el colegio, ella estaba en su pupitre y me hizo con las manos el movimiento de unas tijeras al cortar. Como sólo llevábamos una semana juntos y no la conocía mucho, me debió ver cara de extrañeza y repitió el gesto de las tijeras alternándolo con las dos manos cruzándolas de lado a lado como si un partido de fútbol se hubiera terminado. Ahí ya lo vi claro, cuánto puede uno aprender del deporte rey!!!. Esto me vino muy bien más adelante (no justo en aquél momento) para entender ahora todo tipo de signos e indirectas, las capto al vuelo.
La segunda vez yo también lo dejé de mutuo acuerdo. Yo también estaba presente el día que se acabó mi relación y pude opinar, cosa que era de agradecer porque hasta entonces no siempre había sido así. Llevaba un rato saliendo con mi novia y en los últimos tiempos las cosas no iban del todo bien. Eso era un hecho palpable. Ambos sabíamos que los 4-5 últimos años no habían sido nuestra mejor época, que muy atrás quedaron esos días de enamoramiento y ahora era solo rutina.
Y era curioso, porque habíamos llegado a ese punto al que todas las parejas desean llegar, aunque con otra mentalidad distinta. Sí, ese punto en el que disfrutamos cada momento juntos al máximo, ya fueran discusiones o simples broncas. Y lo disfrutábamos así porque sabíamos que el tiempo pasa irremisiblemente y no volveríamos a ese momento nunca más, lo disfrutábamos al máximo porque éramos conscientes de que se perdería. Éramos conscientes de que cada minuto que vivíamos era peor que el anterior y mucho mejor que el siguiente.
Una tarde de domingo nos fuimos a dar un paseo por el centro de Madrid. En aquél momento pensé que si das un paseo con una chica era por dos motivos muy claros: o quieres empezar algo con ella o quieres finalizarlo. En mi caso la primera opción me resultaba fácilmente descartable porque, así a bote pronto, recordaba que llevábamos 11 años saliendo, con lo cual sólo quedaba la otra opción ... y no me equivoqué.
Mientras paseábamos por las calles de Madrid cerca del Palacio Real un día de sol radiante y buscábamos un lugar íntimo compartiendo banco del parque con una pareja de jubilados, empezó todo...
- (...) Rafa, tenemos que hablar
- No fastidies, qué pasa! (absurdo, completamente absurdo porque todo el mundo sabe que cuando tu pareja te dice que hay que hablar es porque hay que hablar, pero por última vez)
- Pues que las cosas no van bien y tú lo sabes (es cierto, yo lo sabía, pero por qué quien deja al otro siempre intenta hacerle partícipe en igual medida? Por qué no es un simple me parece a mi que las cosas no van bien?. No, ya te dicen que tú lo sabes y claro, pues lo primero que se te pasa por la cabeza es no contradecir a tu pareja y afirmas, consientes). Que desde hace un tiempo ya no es como antes, que ya no nos hablamos igual, no nos miramos igual, no sentimos lo mismo, no ...
- (Mucho plural veía yo ahí!. Por qué tanto plural? Por qué no habla sólo por sí, por su persona?) Que no sentimos lo mismo? Y tú qué sabes lo que siento yo por ti? Eso no me parece justo. Tú di tu opinión pero no hables de mis sentimientos o de lo que yo pienso porque te puedes equivocar mucho.
- Es cierto, pero creo que en este tiempo juntos te he llegado a conocer algo y ya no sientes lo mismo. (Joé! Pues era verdad!). Y yo tampoco. No sé qué nos ha pasado, pero ya no es igual que antes, ya es todo monotonía, rutina, no hacemos nada distinto ...
- Eh! Eso sí que no!. Cuántas veces hemos venido aquí, eh? Ninguna. Es la primera vez! Estamos empezando a hacer algo distinto y ...
- Rafa, estoy hablando en serio -La verdad es que no me hacía falta que me lo dijera porque por su cara ya se veía-.
- Sí, perdona.
- Pues eso, que creo que lo mejor para los dos es que lo dejemos, que así no podemos seguir y que cada vez esto va a peor.
Ante este comentario que no por ser esperado dejaba de ser traumático, aproveché el silencio nuestro y los murmullos de los jubilados mientras echaban migas de pan a las palomas para pensar. Otra vez el plural! Pues no, fíjate tú por dónde! Pues yo no creo que eso sea lo mejor. Tú sí lo piensas pero yo no. Tiene gracia la cosa! cuando yo le pedí salir (sí, es cierto, le pedí salir, pero no estamos ahora en eso) me dijo que se lo pensaría. Pues por qué no puedo hacer yo lo mismo ahora? Por qué no le puedo decir que me lo pensaré, que aunque ella quiera cortar que yo me lo tengo que pensar. Es graciosa la cosa, para empezar con alguien se necesita el mutuo acuerdo pero para cortar basta que uno de los dos quiera ... pues no me parece justo!.
- (Yo seguía enfrascado en esos pensamientos) Rafa, en qué piensas?
- Eh!
- Que en qué piensas ...
- No, nada ... que ... bueno ... que, que supongo que tienes razón. Que ya nos hemos dado muchas oportunidades y la cosa no va bien. (Pues qué le iba a decir? En realidad si tu pareja piensa que ya no es mejor estar juntos, pues te guste o no tendrás que asumirlo y punto).
Tras un buen rato meditando y hablando sobre muchas cosas, nos despedimos de los compañeros de banco y seguimos dando un paseo por el parquecito. Pese a todo, no queríamos tener un final traumático así que también bromeábamos sobre lo que yo iba a echar de menos las discusiones con su madre y demás.
En estas rupturas de mutuo acuerdo y después de tanto tiempo se intenta quedar bien y se dicen cosas como ... seguimos siendo amigos, eh! Seguimos hablando, vale? Es cuando te da por pensar si lo habíamos llegado a ser alguna vez. Creo que hay veces que iría mejor si se empezara la relación cortando, ya que las intenciones son mucho más bonitas, mejor el ser amigos que simple pareja, el hablar que gritar ...
Y luego llegan los días siguientes. Esos en que tus padres empiezan a notar un cierto comportamiento extraño en ti porque ya no te cuelgas media hora del teléfono cada día y estás más en casa y los fines de semana no sales tanto y como no les has dicho nada, te preguntan. Y lo mismo los amigos, que te llaman para hablar de cualquier cosa o quedar y te preguntan por ella. Todos con buena intención, pero tu reacción es la de todo el mundo ... y yo qué sé dónde está ella! Pues no he hablado con ella, llámala tú y pregúntale qué va a hacer! Como si yo supiera lo que va a hacer en cada momento!. Es una reacción de autodefensa diría yo, una reacción como para hacer ver a todo el mundo que eres independiente y casi hasta te ofende que te pregunten por ella, como si no pudieras hacer nada solo. Y la verdad es que es una reacción estúpida porque durante los últimos años de tu vida siempre fue así.
Pero luego llegan los buenos momentos. Se me abría una nueva vida por delante y había que aprovecharla al máximo. Es cierto, es verdad que iba a echar de menos muchas cosas como los domingos en el cine y las discusiones con la suegra, que tendría que cambiar de hábitos y empezar a afeitarme más asiduamente y cuidar un poco más mi imagen personal que había descuidado si quería volver a tener novia, pero también podría hacer todo aquello que antes no hice.
Tenía prisa por hacerlo. Era como si el mundo se fuera a acabar la semana siguiente. Creía que las niñas se me echarían encima a las primeras de cambio y tenía que aprovechar el poco tiempo que tuviera de soledad para hacer todo aquello que me apetecía antes de volver a comportarme como un calzonazos con la primera que se me cruzara por el camino. Debí coger un camino poco transitado porque ahora, con la perspectiva de ver las cosas que te da el tiempo, 5 años después y siguiendo todo igual, me doy cuenta que no tenía porqué haber hecho todo tan rápido.
1 comentario:
Buenas tardes Rafa:
la verdad es que no podría estar más acuerdo contigo en lo que dices, pero creo que es justo comentar que si es posible la amistad entre ex, ya que yo por experiencia propia, lo he cocnseguido, así que en ese punto no concuerdo contigo. Pero en todo lo demás si. Y si que creo que al igual que hay consenso en el inicio de la relación, debe haberlo en el final.
Sigue buscando y no olvides ¡¡¡¡FOCALIZAR!!!!!
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