Era una tarde de verano y había quedado en pasar a recoger a una amiga para ir al cine, así que cogí mi coche y salí con tiempo para no ser impuntual. Ventanilla bajada, codo apoyado en la puerta y la perfecta pose de todo aquel que va en un Golf. Cuando estoy llegando a su casa hago la típica llamada perdida al móvil para que baje y a esperar en 2ª fila.
Como tengo la costumbre de siempre cerrar las puertas con seguro cuando voy por ciudad, pues me giro, agarro el seguro para abrir y … me quedo con él en la mano!!!!. La primera reacción es instintiva y lo vuelvo a colocar en su sitio como si nada hubiese pasado y tiro de nuevo para abrir la puerta, pero se repite la misma operación y me quedo con él en la mano. Es ahí cuando empiezo a ser un poco consciente de lo que está pasando y me quedo 2-3 segundos mirando fijamente el seguro. Un poquito más nervioso miro por el minúsculo agujerillo de la puerta que ocupaba este instrumento por si veo algo … pero qué narices voy a ver?!?!?.
Rápidamente miro a la otra puerta, la del acompañante, y al ver que no tengo seguro porque días antes un amigo me lo partió, empiezo a hacer frente a la realidad … me habré quedado encerrado en mi propio coche? Los segundos pasan y de un momento a otro bajará mi amiga y no me puede ver en esta situación. Pienso. Ya está! Saco la mano por la ventanilla bajada e intento abrir la puerta desde fuera pero, mira tú por dónde, que no se podía abrir, que el cierre centralizado funcionaba a la perfección. Tenía gracia la cosa, semanas antes me habían entrado un par de veces en el coche sin forzar apenas la cerradura y ahora, que necesito que no funcione del todo bien, pues nada.
Y se produjo lo inevitable … ella bajó. Cuando se disponía a entrar en el coche por la puerta del acompañante, bajé su ventanilla y empezó un diálogo un tanto surrealista:
- Hola, qué tal? Me abres, por favor?
- Hola. Es que no puedo, me he quedado encerrado dentro del coche.
- Qué??!?!
- Pues eso, que no puedo salir.
- Venga Rafa, hazme el favor que …
- Mira … (y es en esos momentos cuando le enseño el abridor en la mano)
Tímida sonrisa que empieza a aflorar en su cara y se acerca a mi lado del coche donde yo aún no he perdido la pose de ir en el Golf y sigo con el codo en la ventanilla.
- Pero qué es eso que tienes en la mano?
- El abridor, qué va a ser!
- Y por qué no sales por la otra puerta?
- Pues porque tengo cierre centralizado y el otro abridor está roto y …
- Que tiene qué? Esto tiene cierre centralizado?
- Sí, ya sé que es muy antiguo, pero lo tiene y el caso es que …
- Y por qué no lo desenganchas de aquí y lo enroscas en el del acompañante y abres?
- Pero si te lo acabo de decir!!! Que no tengo el otro, que ni asoma para saludar y decir aquí estoy yo!!! Que me lo rompió un amigo y ahora pues …
- Y desde fuera no se puede abrir?
- Pues no, mira, ya lo he probado (y mientras le demuestro como saco la mano por la ventanilla e intento, una vez más, abrir desde fuera … incluso le reto a que lo intente ella)
- Bueno, y por qué no sales por la ventanilla?
- Que salga por dónde??!?! Sí, claro!
- Anda! Y cómo vas a salir entonces?
Llegados a este punto, pensé que el problema no lo tenía yo, sino ella, o si me apuras mucho, los 2 juntos, pero no yo únicamente.
- Dónde está el cine?
- Pues lejos y …
- Pues eso! Si vamos a ir al cine y tenemos que ir en coche, tendrás que entrar tú, que yo ya estoy dentro (es de lógica, pensé). Entras por la ventanilla y luego pensaremos como salir … digo yo?
- Que entre por la ventanilla? Pero tú estás loco?!!?! A ver, me acaban de operar de la espalda y me pides que entre por la ventanilla porque tú no quieres salir por ahí?!?!
- No es que yo no quiera, pero que hacemos si salgo yo? Dónde dejamos el coche, aquí, en 2ª fila? Y que hago, salgo, luego meto medio cuerpo en el coche para llegar al elevalunas que está debajo de la radio, cuando me pille la ventanilla contra la puerta me retiro y sigo subiendo el resto empujándola? No tiene sentido!!! Y cómo vamos al cine? (ante todo, nunca perdí la perspectiva de por qué nos encontrábamos ahí los dos, para ir al cine)
- Mira, pues sal por el maletero …
Miro atrás, al maletero, posibilidad que hasta entonces no se me había ocurrido, pero tras 5 segundos de silencio enseguida veo trabas que ella no debió entender muy allá por lo que comprobé luego
- No, por el maletero no puedo, porque al tener cierre centralizado el male …
- Que el maletero también tiene cierre centralizado? (la risa ya era difícil de contener)
- Qué sí, joe! Que aunque el coche tenga más de 15 años tiene cierre centralizado que también influye al maletero!!! Te decía que al tener cierre centralizado está cerrado y no se puede abrir por dentro, así que dime tú que hago si llego hasta ahí y no puedo salir … vuelvo? (solo pensar en esa situación tan patética de ir a gatas por dentro de mi coche con una amiga mirándome por la ventanilla desde fuera me daban ganas de irme de ahí sin más)
- Pues tú verás que hacemos, pero ya son las 20.15 y no vamos a llegar al cine.
Seguimos un ratín más pensando qué hacer hasta que nos acordamos que a escasos 100 metros de su casa y en la misma acera hay un taller. Ya está! Lo metemos ahí y que nos den una solución. El camino hacia el taller fue un tanto curioso … ella andando por la acera y yo, con el coche, a 15 km/hora por la calle en paralelo, parecía que era el guardaespaldas de alguien famoso, o que la iba siguiendo, o qué sé yo!
El caso es que llegamos al taller, yo me quedo en la puerta del mismo porque parece que está cerrado y entra ella a preguntar
- Entro yo, verdad? (denoté cierta ironía en su pregunta, habida cuenta de la situación)
- Hombre … tú que crees?!?
Al cabo de un par de minutos esperando mientras ella habla con un señor del taller, por fin salen ambos y empieza otro diálogo que ya me resultaba ciertamente repetitivo…
- Hola, qué tal? Me ha dicho tu amiga que no puedes salir del coche?
- (Vaya, así dicho, de primeras, de sopetón, me pareció una situación un poco cómica, así que me reí un poco) Bueno, a ver, no es que no pueda salir, es que … bueno, sí, es que no puedo salir.
- Y por la otra puerta?
- No, que tiene cierre centralizado y …
- Tiene qué? …
Esta conversación ya me parecía que la había vivido no mucho antes y se repitió igual que con mi amiga, pero esta vez con el del taller. La única diferencia es que mi amiga empezó a buscar un aliado en ese extraño y cada poco se oía de fondo un …:”Ya le digo yo que salga por el maletero, pero es que él no quiere”.
Tras un tira y afloja llegamos a la conclusión que lo mejor es dejar el coche en el taller y esperar que al día siguiente los mecánicos me solucionen el problema y podernos ir al cine. Una vez dentro y cuando me dispongo a salir del coche por la ventana pese a las repetidas insistencias en verme reptar por dentro del vehículo y salir por el maletero, el empleado tuvo una idea brillante, digna de una persona que trabaja ahí …:”chaval, déjame las llaves e intento abrir desde fuera con ellas”.
La cosa más simple del mundo y que durante media hora no se le había ocurrido a nadie!!!! El hombre coge las llaves y yo introduzco todo el cuerpo dentro del coche porque ya tenía medio cuerpo por la ventanilla y pensé que ya la última humillación sería que el hombre abriera rápidamente la puerta y me dejara colgado en ella mientras la abría y cerraba sucesivamente para demostrar que ya funcionaba … hasta ahí podíamos llegar!!
Pero una vez más los acontecimientos no fueron por el camino de la lógica, noooo, qué va! Con las llaves en la mano y pensando que me va a abrir la puerta, hace un movimiento rápido, se va al maletero, lo abre y sí, no me lo podía creer, de nuevo se oye …:”Rafa, ahora ya puedes salir por el maletero sin problemas!!!”. Tomé aire, sí, lo tomé lo tomé, porque después del espectáculo bochornoso que yo había montado no podía enfadarme con las personas que me ayudaban … vamos a ver, si tienen las llaves, por qué no prueban a abrir mi puerta en vez del dichoso maletero y salgo por donde debo?
Finalmente, el hombre abrió mi puerta con las llaves (como suele hacer la gente cuando llega a su coche cuando este está cerrado, por otra parte) pero yo no salí del coche, no me atrevía a que me viera físicamente del todo, quería pasar lo más desapercibido posible llegados a ese punto, así que con un “Gracias, muchas gracias”, mi amiga se montó en el coche y nos fuimos del taller camino del cine.
No me acuerdo que película vimos.
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