lunes, 3 de diciembre de 2007

Multiaventura en Asturias

Como todas las demás historias escritas con anterioridad, esta también es absolutamente real, si bien he cambiado el nombre de los 2 protagonistas por razones obvias. Ernesto y Alba son nombres ficticios porque en realidad se llaman … que no, que no lo digo. El lenguaje tampoco es el apropiado, pero es lo más parecido a la realidad. Y dicho esto, ahí vamos …

Se estaba acercando peligrosamente el mes de agosto y seguíamos sin tener cerradas las vacaciones. Barajábamos alguna idea que otra en la cabeza pero nadie daba un paso al frente a la hora de tomar decisiones y como veía que la cosa se iba complicando por momentos, decidí tomar las riendas … en qué hora!

Me había gustado la idea de mi amigo Javi de cambiar un poco el chip de las vacaciones y no ir a la playa como siempre, como todos los años. Esta vez queríamos algo distinto y pensamos en ir al norte y hacer deportes de multiaventura como rafting, descenso de barrancos, espeleología …

La idea resultó del agrado de todos, pero como suele pasar cuando se trata de un grupo, la mayoría de opiniones no aportan mucho a lo que es la organización del evento en sí, sino que más bien esperan a que alguien de un paso al frente para poder poner pegas si no está todo a su gusto.

Una vez que sabíamos lo que hacer, había que poner de acuerdo a los amigos en las fechas de las vacaciones, y es ahí donde ya surgieron las primeras discrepancias … que si yo no puedo la 2ª semana de agosto; que si aún no sé si me las van a conceder; que si yo prefiero en septiembre que es más barato; que si mejor 2 semanas que 10 días; tú no cuentes conmigo y si puedo en el último momento me apunto, que si no conozco al resto de gente, cómo son? … vamos, que facilidades de todo tipo.

A esto había que añadir la dificultad de las negociaciones debido a la diferente procedencia de todos: Juliet, mi novia por aquél entonces, venía de Londres y había que explicarle todo en Inglés, en mi Inglés para ser más precisos; Laura estaba viviendo en Canarias y sólo tenías una opción para hablar con ella y no debías desaprovecharla, era cuando paraba cada 5 minutos a tomar aire y seguir hablando ella; Ernesto vivía en Valencia y no tomaba una decisión hasta saber si le coincidían guardias en el hospital y si su novia Alba se apuntaba también con nosotros o no; y por último Javi y Sergio, que estaban en Madrid.

Durante las 2 últimas semanas de julio creo que no pasó un solo día sin que hablara al menos una vez con todos por teléfono. Aquello estaba resultando tan difícil por la falta de colaboración y tan costoso por las conferencias a Londres, que le dije a Juliet que se sacara el billete a Madrid y que ya veríamos luego qué hacer.

Por fin un día en casa de Javi navegando por Internet, nos pusimos a llamar a un montón de casas rurales y en todas nos contestaban lo mismo, que llamábamos muy tarde para reservar. Por fin, cuando Javi ya se estaba planteando pasarme parte del coste de la tarifa telefónica por la cantidad de llamadas realizadas, conseguimos una en Asturias. Nos habíamos asegurado un alojamiento aunque no era el mejor, pero dadas las circunstancias al menos era algo. Esta vez tuve suerte y no me hizo falta llamar a todos para comunicárselo, eso que me ahorré, porque me bastó llamar primero a Laura:
- (…) Pero Rafa, cómo se te ocurre reservar una casa rural en la que los dueños están viviendo en el piso de abajo?!?!? y si queremos montar un día una fiesta no podemos y dónde está nuestra intimidad y para eso te encargas tú de todo mejor déjame a mi que yo lo hago pero parece mentira que no sepas hacerlo me da igual que la hija sea joven y viva con la madre y coméntales si se pueden ellos ir y nos dejan la casa entera y además esos días no me viene bien no te das cuenta que llegaremos por la noche y si les despertamos nos dirán que no montemos jaleo y …
- (Aún siguió más, pero como tenía el teléfono retirado del oído no puedo transcribir exactamente todo lo que me dijo, lo único que sé es que aproveché el único momento que hizo una pausa para tomar aire y contesté) Vale, ya me encargo yo pero …
- Es que no entiendo como has podido reservar eso si seguro que hay muchas más casas rurales por ahí pero yo no tengo tiempo para mirarlo así que busca otra porque yo en esas condiciones no voy y supongo que el resto te habrá dicho lo mismo pero como te has empeñado pues claro y además en mitad del pueblo eso de casa rural no tiene nada de nada …
- Lau … Lau … Laura … que … o … o … oye … que … que ya te …que sí que … que ya … sí … siiii, va vale … que … bu bu bueno ya … bueno, ya te digo al … que ya te digo algo cuando ve … vea otra y te lla … y te llamo … que sí, que la cambio que … pero es que … bueno … que ya te llamo … adios, adios! Pienso que aunque colgué ella siguió al menos 10 minutos más hablando sola por el teléfono.

No hizo falta que le explicara mucho a Javi porque viendo mis contestaciones había entendido todo a la perfección. Así que nos pusimos a buscar otra casa rural por Internet y a seguir llamando. Creo que mi ángel de la guarda vio que ya había sufrido mucho con esto y que si no lo conseguía cambiar iba a dejar de tener trabajo cuidándome porque alguien me mataría, así que me presentó la gran oportunidad. No nos lo podíamos creer, una casa rural impresionante, en lo alto de una ladera, con unas vistas espectaculares, alejada del pueblo, con capacidad para 8 personas, cerca de donde queríamos, a un precio de risa y exactamente los días que a todos nos venían bien. La dueña estuvo a punto de desalquilármela por pesado ya que le llamaba casi todos los días para confirmarle que iríamos y la queríamos, que no se la diera a nadie.

Y llegó el día de la partida. Al final los 7 conseguimos cuadrar las vacaciones y nos fuimos todos juntos, si bien Ernesto y Alba no podían ir los 9 días y se volverían a Madrid 3 días antes que el resto, por ello decidimos que en mi coche irían Laura y Juliet (que no conocían a la otra pareja), mientras que Ernesto llevaría a su novia, Javi y Sergio.

Pensaba que ya había pasado todo el agobio de las reservas, las discusiones y demás y que ya sólo me quedaba disfrutar de las merecidas vacaciones con la novia y los amigos, pero me equivoqué. El día más extraño de mi vida no había hecho más que comenzar.

El punto de encuentro era la casa de Javi, que como quedaba un poco de camino y no tenía coche, pues no nos importaba recogerles a Sergio y a él ahí. Antes había quedado en pasar a recoger a Laura, así que a las 9.45 ya estaba en su portal esperando.
- (…) Ves cómo teníamos que salir antes, le dije señalándole la cantidad de maletas que había en el portal, mira cómo no eres la única que hoy se va de vacaciones, ya verás como vamos a encontrar la carretera!
- Pero qué dices! Si todo eso es mío
- Qué?!?! Que todo eso … qué!
- Sí, es mi equipaje!
- Juliet no entendía mucho el español pero viendo mi cara y la reacción de Laura ya se estaba imaginando lo que pasaba. Qué todo eso es tuyo?!!? Me estás diciendo que para 9-10 días de vacaciones te llevas 1, 2, 3 … 7 maletas!!!
- No son 7 maletas, que esto es un bolso de mano, son 6!
- Anda, anda … sube a tu casa y ya estás dejando cosas
- Pero cómo que voy a dejar cosas!! Qué quieres que deje! No voy a dejar nada, ya verás como cabe todo.
- A ver Laura! (mi tono ya no era relajado en absoluto). Juliet se ha venido de Inglaterra 11 días y se ha traído una sola maleta, y me dices tú que necesitas 7?!?!?! Pero qué narices llevas!!!
- Pues qué voy a llevar, mis cosas!
- Qué cosas?!?!?! ¡/@?:(%$ :(
- No me grites, eh! No me grites! Pues lo que me has dicho: la radio por si no hay en la casa, la plancha para la ropa y … y mi ropa
- La radio?!?!? Pero qué narices de radio me estás hablando, si eso parece una gramola de un bar!!!. Y solo con tu ropa ocupas eso?!?! Mira, vamos a llegar tarde a casa de Javi y estamos perdiendo el tiempo. Ya estás subiendo y dejando cosas.
- Que no puedo dejar nada!!! También llevo el balón de playa, una colchoneta inflable, las palas, el frisby (o como narices se escriba), juegos de mesa …
- Pero todo eso lo llevas hinchado o qué?!?!? Que yo te dije que te llevaras eso? @\@"$!ª!¡¡"@\@"$!ª!··$ª#~@##!!
- Bueno, eso no, pero ya sabes que me hace mucha ilusión lo de la playa y como algún día iremos pues así jugamos … no seas egoísta!
No sé cuánto tiempo más duró la discusión pero supe que la tenía perdida en cuanto me dijo lo del egoísmo. Ahí ya me calentó tanto que le dije que hiciera lo que quisiera, pero que en cuanto Ernesto y Alba se vinieran antes en coche ella soltaba mínimo 4 maletas si no quería que se quedaran en Asturias porque yo no las pensaba bajar en mi coche. Y, claro, que ni soñara que yo iba a pisar la playa en esas vacaciones. Por mis narices que no! Que ya podía ser el verano más caluroso de la historia que la playa más cercana la vería desde Madrid. Que si era egoísta, lo iba a ser pero con motivos.

Obviamente no cabía todo en el maletero, así que algunos bultos fueron en el asiento trasero. Llegamos tarde a casa de Javi y ya llevaba yo un mosqueo que para qué contar, cuando llamo al telefonillo y no lo coge. Llamo y llamo y nada. Por fin me coge el móvil con voz de dormido y resacoso … no me lo podía creer!!! Me cansé de repetirles que a si las 9 de la mañana les parecía pronto, que no más tarde de las 10 porque en plena salida de agosto de 2ª quincena de vacaciones la carretera de La Coruña estaría de aúpa y no me apetecía conducir con atasco. Pues bien, como se les ocurrió emborracharse la noche anterior y llegar a las tantas a casa, se quedaron dormidos tanto él como Sergio que, por supuesto, tampoco había llegado.

No quise hablar más con él por teléfono, se lo pasé a Ernesto y que se entendieran ellos. Si por mi hubiera sido, ahí se quedaban los 2, Laura y sus 7 maletas y todos, yo me iba, lo que pasa es que el resto me convenció para esperar.

Al final cogimos carretera con hora y media de retraso y mi enfado se iba agravando a medida que aumentaba el atasco. De Villalba al túnel de Guadarrama fue insufrible, porque al parar arrancar parar arrancar producto de la caravana había que añadir a Laura con baja la ventanilla, sube la ventanilla, pon la música más alta, bájala, pon el aire, repite esta canción, ayyy!!!! no hables tan alto, aquí atrás me mareo … estaba empezando a vivir una pesadilla y eran mis vacaciones!!! No daba crédito, pero con quién narices me iba de vacaciones, me había equivocado de gente y no eran mis amigos, me los habían suplantado!?!?!? Sería un programa piloto de cámara oculta a ver cuánto puede aguantar una persona antes de estallar??!?!

Justo antes de llegar al túnel de Guadarrama Ernesto me hace parar en un lado de la carretera porque se le había recalentado el coche por culpa del atasco. Yo con un coche de 15 años como si nada y él con un pedazo de cochazo que se le calentaba … nenaza de coche! Más caliente estaba yo y más humo echaba y no hice parar a nadie!!! Alba que se pone nerviosa con esto y no se le ocurre más que ir a un camión de bomberos que había en la misma explanada a pedirles ayuda. Claro, ni que decir tiene que su respuesta fue que esperáramos un rato a que se enfriara, que no usaban la manguera para eso.

Después de parar a comer a mitad de camino y no sé cuántas veces más cada vez que los del otro coche veían una gasolinera para ir al servicio, cambiar de conductor y de más cosas que se puedan hacer, de repente nos desviamos por un pueblo y ahí que paramos. Alba iba conduciendo y mientras se baja del coche, veo a su novio Ernesto que está oliendo el volante, así, tal cual! Dentro se oían las carcajadas.
- Qué pasa ahora?! Por qué paramos aquí si acabamos de hacerlo hace 10 minutos?!? Y tú que narices haces oliendo el volante?!, le pregunto.
- Pues que huele de pena, huele a mierda! En cuanto nos hemos montado en el coche ha empezado a oler mal y tras descartar que alguien hubiese hecho el cerdo, hemos llegado a la conclusión que alguno ha pisado algo. Nos hemos ido mirando todos las suelas de los zapatos y hemos visto que ninguno era, así que como Alba iba conduciendo y no podía mirárselas, pues se ha tocado con la mano y … ahí está! Era ella!! Y ahora está limpiándose en las hierbas que encuentre por el suelo!!
- Y qué tiene que ver con … No acabé la frase, comprendí enseguida porqué Ernesto estaba preocupado por si el volante de su coche y la palanca de cambios olían mal o tenían restos de alguna sustancia no apropiada.

Otra vez a parar en la siguiente gasolinera, aunque esta vez por motivos más que justificados!. Ya estábamos en Asturias y aprovechamos para mirar en un mapa el mejor recorrido para llegar a la casa rural, a la cual, por cierto, ya había llamado mil veces para decir que estábamos de camino pero que nos estábamos retrasando por causas ajenas a nuestra voluntad. Teníamos que ir hasta un pueblecito llamado Llamas de Parrés cerca de Arriondas y se presentaban dos opciones claras, una un poco más directa aunque la carretera tenía peor pinta y otra que daba más vuelta aunque era autopista. Ahí salió Sergio con un plano en la mano y nos indicó, tras varias discusiones, que lo mejor era por el camino más corto.

Al final le hicimos caso para no tener que oírle el resto del camino y cogimos aquella que parecía más directa. Y sí, tenía razón porque más directa sí que era, aunque no se percató que atravesaba un puerto de montaña. La madre …!!! Es que ellos no saben lo que es viajar con Laura en el coche, ufff! Ya no solo la lata que da, sino que se marea por nada y no deja desaprovechar una sola oportunidad en que pueda marearse, así que con motivos más que justificados se mareó en … quizá la primera curva de la rampa de subida al puerto?!?! Creo que en cuanto le dijimos que íbamos a pasar por un puerto ya se le revolvieron las tripas.

Se empezaba a hacer más que tarde, teniendo en cuenta que a las 9.45 de la mañana estaba recogiendo a Laura en su casa y debían ser las 19.00 horas y aún nos quedaba un buen trecho para llegar. Lo único que había hecho en todo el trayecto fue conducir y discutir … Joe! Si mis únicos momentos de relax era cuando hablaba en Inglés con Juliet!!!

Pues lo dicho, ya en la primera curva se mareó y a buscar un entrante en la carretera para parar y que vomitara. Nos detuvimos un rato y cuando se encontró mejor a seguir camino, pero no fue la única vez. El puerto parecía no acabarse nunca y antes de coronarlo tuvimos que parar de nuevo para que evacuara otra vez. Por fin a la salida del mismo, en Arriondas, les vimos esperándonos un poco nerviosos porque no sabían lo que pasaba.

Finalmente llegamos a la cita con la dueña de la casa y nos guía hasta la que habíamos alquilado. Muy muy bonita, un lujazo para nosotros solos. Después de instalarnos debidamente y una ducha bien merecida, esperamos a que Laurita se recupere un poco y nos vamos por la noche a cenar y salir por Gijón que estaba en fiestas y me apetecía ver a mis sobrinas que estaban ahí. Llegamos a las 12 de la noche, la hora de los fuegos artificiales, lo cual nos dificultó enormemente el buscar un aparcamiento relativamente cerca de la zona de marcha y aparcamos junto al estadio de El Molinón, en un extremo de la ciudad.

Nos fue imposible acercarnos a un bar en condiciones para cenar algo hasta la 1 de la mañana, así que nos metimos en una hamburguesería para saciar nuestra hambre, ya ni apetito ni gaitas, estábamos que nos moríamos por comer algo. Tras esto, ya solo nos faltaba saciar nuestra sed, por lo que nos fuimos a una sidrería que conocía y a tomar unos culines. La cosa se nos empezó a ir pronto de las manos. Entre culín y culín nos pusieron unos bígaros para entretenernos y bien que lo consiguieron. Tras las primeras 5-6 botellas de sidra, las 3 chicas del grupo nos empezaron a dejar solos con la bebida y los bígaros a los 4 chicos. Ernesto ganó un sitio en la barra y con lo que le había costado conseguirlo decidió no perderlo en toda la noche y amortizarlo a base de bien. Salimos del bar casi una hora más tarde y con 20 botellas de sidra vacías, de las cuales Javi, Sergio y yo debimos catar menos de lo que nos correspondía por el filtro que nos hacía Ernesto.

Estábamos recorriendo todo el paseo para llegar a la zona de copas, pero se nos hizo tan largo el trayecto que a medio camino nos metimos en el primer bar que encontramos y ahí que nos tomamos una copa. Bueno, unos la tomamos y otros, como Ernesto, la vomitaron en la barra según se la bebieron de un trago. Fue un visto y no visto en el que solo los más allegados nos dimos cuenta del acto. En medio de la conversación, se giró un momento después de dar el trago, vomitó al otro lado y se giró de nuevo para retomar la conversación donde la había dejado. Nos quedamos tan atónitos que tardamos en reaccionar y salir del bar atropelladamente pero con naturalidad.

Cuando llegamos a la plaza del ayuntamiento y a los bares cercanos nos empezó a hacer mella la caja de botellas de sidra que nos habíamos metido. Debían ser ya las 3.00 de la mañana y el agotamiento era descomunal por el día tan largo, así que decidimos regresar a la casa y empezar al día siguiente con nuevos bríos, que para ser la primera noche ya era mucho. Como Ernesto y yo éramos los de los coches, le dejé las llaves del mío a Sergio previa explicación del lugar donde estaba aparcado, a más de media hora andando de donde nos encontrábamos.

Ahí dejamos a Sergio y Javi y nos fuimos el resto. Por el camino aproveché para tener una conversación con Ernesto que hacía mucho que no hablábamos de nuestra vida y pensé que era un buen momento por el paseo marítimo. Creo que a él no le pareció tan buen momento para hablar. El caso es que nos distanciamos un trecho de las mujeres mientras íbamos andando camino del coche ensimismados en nuestras conversaciones intelectuales cuando me paro un segundo para mirar atrás y esperarlas. Fue eso, nada más! Las esperé 30 segundos a que llegaran y …
- Ya vemos el caso que nos hacéis, eh! Nos podía haber pasado algo a estas horas por ahí y anda que nos habéis hecho caso!!! Venga gritar para llamaros porque unos tíos se nos han parado a hablar y querían que fuéramos a un bar con ellos y vosotros nada!
- Es que, hacía tiempo que no hablaba con Ernesto y claro, las conversaciones cada vez más y más interesantes. Ya sabes, de esas que a veces tenemos los tíos y …
- Y dónde está Ernesto? me pregunta Alba
- Pues aquí, a … cuando me doy la vuelta, me lo encuentro apoyado junto a un árbol vomitando.
- Así que conversaciones interesantes de tíos, eh! Ya!

Sé que no fui muy oportuno en aquél momento y menos dadas las circunstancias, pero le eché una bronca al pobre amigo por haberme dejado tan mal! Solté toda la tensión acumulada del viaje con él. Creo que me vi en posición dominante porque era el único que no estaba en condiciones de contestarme y me desahogué.

De camino al coche tuvo que parar unas veces más y cuando por fin lo encontramos, le deja las llaves a su novia para que conduzca ella. Él prefirió ir de copiloto por aquello de ser un tres puertas y que atrás no hubiera ventana.

Llegados a este punto se nos planteó la duda de cómo regresar a casa. Ellos era la primera vez que estaban en Gijón y yo era el único que conocía aquello, pero claro, eso no era salvoconducto de nada. Y así fue. Ernesto se quedó dormido mientras se ponía el cinturón de seguridad por lo que me quedé sin aliados en mi lucha con 3 mujeres. Como no me vieron muy seguro de las indicaciones, todas opinaron.

La 1ª vez que nos perdimos ya fue dentro del parking al aire libre del estadio de fútbol. Cuando por fin salimos y cogemos la que parece ser buena dirección, empezó todo:
- Eh! Dónde estamos?!
- Hola mi cosita! Qué tal estás? Cómo te encuentras? Que te has quedado dormidito…
- Mal! Tengo ganas de cagar!
Me entró la risa. No pude evitarlo, me reí. Sin más, sin querer ofender a nadie. Una risa sana. Creo que dadas las circunstancias era lo lógico.
- No, corazón, nooo, le decía Alba. Aquí no podemos parar porque estamos en la autopista y es peligroso. Cuando lleguemos a casita pues ya lo harás.
- Que no! Que me estoy cagando y quiero parar ahora!
- Amor, cielito, le decía ella mientras con una mano llevaba el volante y con la otra le acariciaba. Aquí no puedes hacerlo, aguanta un poquito que enseguida llegamos … así así, duérmete otro poquito …
- Que sí mujer, que sí. Tú déjale, que si el chaval quiere cagar y quedarse más a gusto, pues que lo haga! Le decía yo mientras las lágrimas que rodaban por mis mejillas no me dejaban ver bien la carretera.
- Eso! Di que sí. Tú en vez de apoyar a tu amigo venga chinchar y reírte de él! Menuda clase de amigo estás hecho!!
- Pero qué quieres que haga! Pues si el chaval está incómodo pues se para y ya está. Además, qué tiene que ver aquí la amistad! Simplemente está borracho y punto! Verdad mi corazoncito de almendra?
Ernesto no me contestó porque se volvió a quedar dormido, pero la charla moral que me echó Alba fue tela. Que si aquello no era un amigo, que si en vez de apoyar me reía (eso era cierto, la verdad, cuanto más me lo decía más me reía al ver la situación), que si menudos valores tengo, que si … Me encontré a las 3.30 de la mañana metido en un coche con un dolor de cabeza de aúpa por una autopista en medio de la nada discutiendo sobre la amistad y traduciendo un poco al inglés para que pudieran participar todas.
- Me cago!!!! Para ya que me cagooooo!!!! Se había vuelto a despertar.
- A ver mi cielito, ya te he dicho antes que aquí no se puede parar, que está prohibido parar en mitad de una autopista y ….
- Que te digo que como no pares me cago encima o me bajo en marcha!!!
- A ver Rafa, explícaselo tú a ver si a ti te hace caso. A que aquí no se puede parar?
Vi claramente mi oportunidad de limar ciertas asperezas con Alba y estaba dispuesto a echarle un cable, de verdad, lo estaba. Yo era partidario de parar pero aún así pensé que lo mejor sería no hacerle mucho caso y que se durmiera de nuevo. Al fin y al cabo eran argumentos sólidos los de Alba de no parar en mitad de la autopista por el peligro que eso conlleva pero, de repente, cambié de opinión.
- Alba! Para el coche de una maldita vez!
- Pero Rafa!. No le hagas caso mi cielín, aquí no se…
- Alba! Gritamos todos al unísono.
Creo que no fue este último grito lo que le animó a parar, sino que ella también percibió el olor que empezó a notarse dentro del coche y que era insoportable.

Como pudo se detuvo en el arcén de la autopista y antes de frenar del todo Ernesto ya tenía la puerta del coche abierta. Se bajó como una exhalación y mientras saltaba como podía el quitamiedos se bajó los pantalones a 2 metros escasos del coche. No se cortó ni un pelo y ahí hizo todo lo que tenía que hacer. El olor era insoportable, peor que el estiércol, no había quien lo aguantar. Yo le estaba explicando un poco a Juliet lo que estaba pasando aunque ella ya se hacía cargo cuando Alba se bajó del coche y ...
- Rápido, rápido, Rafa, baja … ven!
Yo no quería bajar, me lo estaba pasando en grande ahí dentro viendo el espectáculo y fuera olía mal y hacía frío. Pero lo hice para no oír más sermones sobre la amistad.
- Toma, rápido, coge el chaleco reflectante. Sólo tenemos uno.

Ahí cambió la opinión que llevaba sobre ella esa noche. Hasta en un momento así de nervios, de tensión, en que su novio está medio muriendo, ella reaccionando de una manera fría. Aluciné. Sólo había un chaleco y éramos 3 los que estábamos fuera del coche en la autopista por la noche y pensó en él. Muy bien, sí. Por un momento yo pensé que no sería buena idea ya que él era el más seguro de todos porque estaba en medio del prado y el chaleco lo único que haría sería destacar la humillante situación en que se encontraba con los pantalones por los tobillos. No sería mejor pasar inadvertido? En fin, que yo sólo estaba ahí para acatar órdenes, así que cogí el chaleco y salté el quitamiedos para ir junto a él.
- Pero qué estás haciendo, a dónde vas?!?!
- Pues a dónde voy a ir, a darle el chaleco. Bueno, a tirárselo y que se lo ponga él que yo no me acerco ni en pintura … será guarro el tío!
- Pero cómo que para él! Ven aquí, anda! Y ven rápido
Salté de nuevo el quitamiedos y me acerqué al coche sin saber muy bien porqué
- Coge el chaleco y ponte en la ventanilla con él, que no quiero que ellas le vean el culo a mi niño
- Qué?!?!
- Pues eso! Que te pongas con el chaleco tapando la ventanilla, que yo voy con él a ver cómo se encuentra

Y ahí estaba yo. En mi primer día de las vacaciones, después de un viaje de más de 6 horas conduciendo, con un mareo de aúpa, muerto de frío, perdidos a las 4.00 am en mitad de una autopista, con un amigo medio muriéndose colina abajo, llorando de la risa a más no poder, con dolor de estómago de tanto reír … y sentado en el quitamiedos con un chaleco reflectante tapando por fuera la ventanilla trasera del coche para que mi novia y mi amiga no le vieran el culo al otro amigo que acababan de conocer ese día.

Pensé que la situación no podía ser más patética y de nuevo me equivoqué. Alba no aguantó mucho al lado de su caramelito desnatado recubierto de frambuesa y se vino junto a nosotros al coche. No a relevarme sujetando el chaleco, sino a meterse dentro porque hacía frío y …
- Y ahora que haces, mi tesoro?
- Pues qué voy a hacer, que voy a hacer, voy a hacer, a hacer, hacer … se oyó con eco en la noche. Todo hombre después de cagar, mea!
Por un momento solté el chaleco, se me cayó de las manos porque las necesitaba para aplaudir. Aún en ese estado catatónico, el chaval razonaba de vez en cuando. Lo cogí rápido, como una centella, no fuera Alba a descubrir que Juliet y Laura aprovecharon el momento para mirar por la ventanilla y verle el culo a su novio … noooo, nooo, qué horror!
- Upppssss! Se oyó de nuevo desde el prado.
Me giré para ver qué pasaba, por qué alguien tenía una exclamación tan ridícula en esa situación y lo comprendí al momento. No hay otra exclamación que refleje mejor aquello … Ernesto se disponía a ponerse los pantalones cuando pisó todo lo que había dejado de recuerdo en la colina. Se había ensuciado hasta los codos. Muy dignamente se quitó del todo el pantalón y los calzoncillos, los cuales usó para limpiarse más o menos como podía y los lanzó al monte como recuerdo.

Cuando por fin se subió al coche sólo balbuceaba pidiendo perdón. Mis risas cada vez eran más estruendosas y apenas me dejaban oír con nitidez la bronca que me echaba Alba. Laura y Juliet estaban congeladas ya que iban en tirantes. Alba dejó de estar tranquila y le entró ataque de nervios, pese a lo cual se negó en dejarme conducir y volvimos a discutir.

Ernesto se volvió a quedar medio dormido y durante unos kilómetros nadie habló, tan solo para pedir que se abrieran las ventanillas cuando el olor dentro era insoportable y que las cerraran cuando el frío nos provocaba congelaciones. Seguíamos perdidos por la autopista, completamente desorientados y sin un alma. Por fin, en un túnel, vemos unos operarios trabajando y detuvimos el coche a 500 metros de ellos. Se acercaron a ver qué sucedía y les explicamos que nos habíamos perdido. Mientras nos explicaban el camino a seguir, Ernesto se despertó de nuevo, abrió la ventanilla y se puso a vomitar por el lado del copiloto.

Alba arrancó de nuevo sin percatarse mucho de la situación y al cabo de un instante me giro hacia Laura mientras me toco la cara con cierto recelo, temiéndome lo que en realidad ocurrió …
- Oye, Laura, no has notado algo ext… Qué ascoooooo!!!!! Dios, ahhhhjjjjjj!!!! Ahhhjjjj!!!! Pero … buajjjjjj!!!!!
Creo que sí notó algo … y más que yo! Ernesto seguía vomitando con la ventanilla bajada y el coche en marcha, pero no sacó del todo la cabeza y el aire hizo el resto … toda la vomitona le fue a parar a Laura a su cara. Me sorprendió su entereza habida cuenta de la situación. Acababa de conocer ese día a un chico y le estaba vomitando en la cara.
- Paraaaaaaa!!!! Empezó a gritar Laura. Para este coche yaaaaa!!!!!
- Mirar, chicos, ya os he dicho antes que no podemos parar en mitad de la autopista cuando queramos porque …
- Para enseguida o te vomito yo dentro del coche, gritó Laura! Y qué estás haciendo Rafa!!!
- Joé! Qué más te da que me limpie en tu pantalón … pero te has visto como tienes la cara y el pelo!!!
- Ahhhhhh!!!! Para para para paraaaaaaa!!!!!!!

De nuevo paramos en una curva. Ernesto, ajeno a todo, en su mundo, se bajó por su puerta para seguir vomitando. Laura casi ni esperó a que Alba se bajara por la suya y tras pisotearme se lanzó a la carretera y se puso a vomitar. Alba no aguantó la situación tan esperpéntica e hizo lo propio. Yo me bajé del coche porque me dolía tanto el estómago de reírme que creo se me escapó alguna gotita de pis y no quería hacerlo todo encima. Me fui a por el chaleco reflectante ofreciéndoselo uno por uno para que se limpiaran. La única que mantuvo la compostura fue Juliet, que se quedó dentro del coche preguntándose si esa era la forma que tenían los españoles de pasar las vacaciones.

Tras 10 minutos en que cada uno se preocupó más de lo suyo que del resto, volvimos de nuevo al coche.
- Gi hips! Gijón, Gijón, Gijón … hips! … la culpa es de Gijón! Decía una y otra vez Ernesto. La cul … hips … la culpa es de Gijón y tuya, Rafa, por ha … hips … por haber querido venir aquí.
Yo no podía contestar … lloraba, reía, me hacía pis, me dolía el estómago, la mandíbula, todo.
- Mi soufflé de cremita con nata, no te preocupes, que cuando lleguemos a casa te voy a dar un bañito para frotarte bien y como nuevo … le decía Alba mientras le acariciaba
- Gi … hips … la culpa es … perdón, perdón Laura por … por, que vergüenza! Lo siento, perdón … hips … perdona pero no sé que … no volverá a pasar!
- Ni perdón ni nada, Ernesto. Gracias, gracias de verdad, le decía yo. Sólo te doy las gracias por hacerme vivir el mejor rato de mi vida, en serio.
- No le hagas caso al imbécil este de tu amigo mi bomboncito. Ya verás que bien te sienta la friega que te voy a dar. Te voy a dar un bañito calentito al llegar y verás como mañana estarás nuevecito. Si la culpa ha sido de los bígaros esos que …
De nuevo estallé en una carcajada. Los bígaros dice … pero si el tío se habrá tomado unas 10 botellas de sidra él solito!!! Los bígaros …


Y en este estado y tras hacer en más de 3 horas un camino que en condiciones normales duraría 30 – 40 minutos llegamos a la casa pasadas las 7 de la mañana. Mientras Ernesto estaba sentado en la bañera esperando que Alba subiera para frotarle, el resto aún estábamos esperando en la cocina a que se me nos pasara la taquicardia de tanto reír cuando a los 10 minutos llegan Javi y Sergio. Obviamente no sabían nada de todo lo sucedido y se extrañaron de ver toda la casa encendida.

Javi se había quitado los pantalones en el coche porque sentía calor y llamó a la casa con ellos en la mano. Alba le abrió la puerta y al verle en ese estado
- Tú también te has cagado?!?!
- Einch!! Tú eres tonta! Contestó Javi y entró sin más. Qué hacéis aún despiertos?
- No, nada nada, que acabamos de llegar … ya os contaremos

Y sin más cada uno se fue su cuarto y Alba a cuidar de su novio.

Al día siguiente no podía mirarle a la cara a Ernesto porque me reía. Casi ni pude preguntarle qué tal se encontraba porque no quería que sufriera más con mis risas, bastante humillado ya estaba cuando fue recordando cosas.

Este sólo fue el primer día de unas vacaciones alucinantes, en las que el hecho de que Laura acabara en un hospital poniéndose la antitetánica porque casi se mata en accidente de quad cayéndose por una ladera y que sólo un árbol fuera el que le parara de acabar en el río, quedó en mera anécdota.